La pasión es sustento

Daniela Clarke

«Crear te conecta», es la frase que define a Valentina Camacho, la diseñadora de una línea de pañuelos llenos de optimismo, estampados, experiencias y colores que llevan su nombre.

La diseñadora venezolana de 30 años de edad emigró hace cuatro años a Buenos Aires, Argentina, donde hace un año y medio, después de trabajar y terminar de asentarse, tomó la decisión de arriesgarse y emprender con el diseño de pañuelos.

Detrás de este emprendimiento no solo se encuentra ella, sino que hace dupla con Ricardo, ilustrador y diseñador de la marca, su compañero, su apoyo más grande, con quien se divide el trabajo desde la fabricación hasta la venta y su proyección.

Emprender no es fácil y en pareja puede parecer más difícil, pero ese ha sido su fuerte para llevarlo adelante. Como en todas las relaciones se encuentran con opiniones contrarias, pero logran complementarse en la distribución del trabajo, equilibrando las debilidades y las fortalezas de cada uno para hacer que funcione.

No es fácil, pero Valentina suele decir que la creación te conecta y esa es y ha sido la premisa clave para la parte fácil de este camino lleno de altibajos, la conexión con distintas personas a través de lo que mejor conoce: expresar su arte. Eso es lo que le ha permitido ir cada vez mejor, logrando transmitir su pasión por lo que hace, tanto a sus clientes como a otros artistas en colaboraciones, buenas causas y las personas que la apoyan para seguir avanzando.

Para este equipo, lo más gratificante de todo siempre son los vínculos que se crean con quienes consumen la marca, lo que hace que las personas se sientan identificadas con sus creaciones, ver que sus estampas poco a poco viajan por el mundo y que además, sea su arte y su pasión su principal sustento de esto.

Biografía

Fotógrafa venezolana nacida en San Juan de Los Morros, estado Guárico. En 2017 egresó como comunicadora social,  mención Artes Audiovisuales, de la Universidad Católica Andrés Bello.

Desde muy pequeña le ha gustado tomar fotos, recuerda ir a todos partes con una cámara digital. En 2011 compró su primera cámara semi-profesional, momento en el que comenzó a  ser más consciente de las imágenes que captaba. Sin embargo, su primer acercamiento académico a la fotografía fue mientras cursaba sus estudios de pregrado en la universidad, durante el séptimo semestre en clases de fotografía. Ahí obtuvo mención honorífica en el proyecto final del curso, quedando entre los cinco mejores trabajos, con lo cual me fue otorgado un taller de desnudo fotográfico en AVECOFA. Ese mismo año cursó un taller básico en la Escuela FotoArte y posteriormente en Roberto Mata Taller de Fotografía.

En el año 2016 presentó un ensayo fotográfico sobre la belleza del cuerpo femenino basado en el libro “La cámara lúcida” de Roland Barthes como tesis de grado, la cual obtuvo una mención honorífica y con la que ganó una beca para estudiar fotografía en el Centro de Estudios e Investigaciones Fotográficas de Venezuela (CIEF), estudios que finalizó en 2019.

Actualmente vive en Buenos Aires, Argentina.

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